Perú Busca Democratizar su "Boom" Culinario: Escuela de Alta Cocina en el Asentamiento Humano Pachacutec en Ventanilla con Gaston Acurio

lunes, 29 de septiembre de 2008


En un barrio muy pobre al norte de la capital peruana se mezclan olores de ajo, cebolla y pescado, bases del exquisito plato que preparan los alumnos de una peculiar escuela de cocina, dirigida por uno de los chefs más famosos de América Latina.

Perú vive desde hace unos años un fuerte despegue de su gastronomía, con la proliferación de exclusivos restaurantes dentro y fuera del país y la apertura de lugares destinados a la formación de profesionales en el rubro.

Como una forma de democratizar este "boom" culinario, en un país en el que cerca del 40 por ciento de la población vive en la pobreza pese al crecimiento económico, el chef Gastón Acurio está al frente de una de escuela de cocina en la humilde zona de Pachacútec.

El objetivo de la iniciativa es impulsar el desarrollo de jóvenes de escasos recursos a través de la exquisita cocina peruana.

"Lo que tenemos que hacer es contribuir a que las oportunidades se abran para todos. Tenemos en la mano derecha una gastronomía que avanza (...) y en la mano izquierda una juventud sin oportunidades. La escuela se convierte en una manera de abrazar ambas manos", explicó Acurio a Reuters.

Acurio, considerado una superestrella en Perú, estudió gastronomía en España y Francia. Entre sus creaciones figura el restaurante de alta cocina Astrid y Gastón, con sedes en Bogotá, Caracas, Lima, Madrid, Quito y Santiago de Chile; además de la cebichería La Mar, con locales en Lima, Santiago de Chile, Ciudad de México y próximamente San Francisco.


El chef es también artífice del restaurante Tanta, menos costoso que el Astrid y Gastón, y Pasquale Hermanos, que se ubica en el segmento de comidas rápidas y cuya estrella es el pan con chicharrón.

Acurio lidera además la feria internacional "Perú, Mucho Gusto", un evento que se desarrolla esta semana en Lima con la presencia de reconocidos chefs, concursos de cocina y la oferta al público de platos a menos de 10 soles (unos 3,4 dólares), capaces de satisfacer al exigente paladar peruano.

MANOS A LA OBRA

La escuela de cocina de Pachacútec sobrevive gracias a donaciones de empresas privadas y a una mensualidad de 60 soles por alumno, un monto mínimo comparado con otros centros de enseñanza en la capital peruana.

"Para nosotros es la mejor escuela de Perú. Los cocineros que van a salir de ahí ya están contratados en los mejores restaurantes, a todos se los están peleando. Es un hecho que su futuro está garantizado", afirmó Acurio.

Para minimizar los costos, los jóvenes de la escuela de Pachacútec se comprometen a turnarse las labores de limpieza y guardianía del lugar.

"Mi idea es trabajar unos cinco años en un buen restaurante en el que pueda aprender más, tener bastante experiencia y luego ahorrar para poner mi propio local", dijo el joven César Raúl Toribio, mientras su "causa limeña" hecha a base de papa, limón y anchoveta era sometida al escrutinio de sus compañeros y maestro, un cocinero del restaurante La Mar.


"Ahora sí siento que tiene un sentido mi vida", agregó.

Toribio vive muy cerca de la escuela y trabaja los fines de semana tocando zampoña y charango en autobuses para pagar la mensualidad y contribuir con los gastos de su hogar.

Su sueño, como el de muchos de sus compañeros, es que la comida peruana llegue a ser algún día tan famosa como la italiana.

(1 dólar = 2,968 soles)

(Editado por Marion Giraldo)
Fuente: Reuters

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